Psicosomática: cuando la mente enferma al cuerpo

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Psicosomática: cuando la mente enferma al cuerpo

Una afección o enfermedad psicosomática es aquella donde, aún manifestándose a través de síntomas físicos, el componente psicológico o emocional juega un papel crucial, ya sea en su origen o en su desarrollo.

La palabra psicosomática viene del latín psyche, que significa mente, y soma, cuyo significado es cuerpo. Para entendernos, la mente toma el poder sobre el cuerpo y le hace padecer. Esta idea, que ya defendían y argumentaban algunos filósofos clásicos, hoy día se está haciendo evidente gracias a estudios e investigaciones de médicos y psicólogos, quienes han ido observando la existencia de enfermedades donde el aspecto emocional aparece siempre ligado a la mejora o empeoramiento del paciente. He aquí una lista (son sólo algunos ejemplos, hay muchos más, por supuesto) de afecciones de este tipo:

– Enfermedades cardiovasculares (angina, infarto, hipertensión)
– Enfermedades respiratorias (asma, fatiga crónica)
– Enfermedades del aparato digestivo (úlceras, enfermedad de Crohn, colon irritable)
– Enfermedades de la piel (eccemas)
– Alergias
– Fibromialgia
– Enfermedades oncológicas
– …

Ahora imaginemos una situación penosa pero frecuente en las consultas médicas. Una persona acude con una serie de síntomas físicos y por tanto es diagnosticada y tratada con medicamentos y, en el peor de los casos, pasada por quirófano. La persona mejora, sus síntomas se suavizan, pero pasa el tiempo y poco a poco recae a niveles de gravedad anteriores. Entonces vuelven a medicarla, quizás utilizan algún medicamento nuevo, o algún tratamiento médico innovador. Otra vez mejora y, meses después vuelve a empeorar. El problema se ha vuelto crónico, el tratamiento está fracasando.

Desgraciadamente esta historia es representativa de lo que vive mucha gente. Sin embargo, cada vez más, hay médicos que comienzan a sospechar que quizás haya algo más allá de lo físico, algo “de otra naturaleza” que anda contaminándolo todo. Entonces hay una derivación a un psicoterapeuta que trabaja la psique con esa persona y, parece sorprendente, casi magia, pero gente con años de enfermedad, comienzan a mejorar, esta vez de forma estable, gracias a la intervención sobre sus emociones.

Si nunca has escuchado cosas así, todo esto puede sonar a esoterismo, pero nada más lejos. Un ejemplo claro y demostrado de cómo lo emocional afecta a lo físico lo tenemos en los pacientes oncológicos. Una de las premisas, aceptada ya por prácticamente toda la comunidad médica, es que en estos casos, el tratamiento sobre el estado de ánimo es fundamental, si el paciente se encuentra más animado el sistema inmune trabaja mejor. La probabilidad de responder bien al tratamiento disminuye en esos pacientes que se vienen abajo, abrumados por todos los fantasmas del pasado y todos aquellos que despierta su enfermedad.

Pero, ¿que relación hay entre cuerpo y mente?, ¿por qué la mente a veces se dedica a enfermar al cuerpo? Responder a estas preguntas es complejo, pero voy a tratar de hacerlo lo mejor que pueda.

Antes de nada voy a abrir un paréntesis para puntualizar un par de cosillas. Primero de todo decir que mente y cuerpo no son dos entes distintos o separados. Son lo mismo. Todo el cuerpo está conectado y depende de dichas conexiones, por ello, la distinción entre el cuerpo y la mente no tiene sentido. Aclarado este aspecto se va a entender mucho mejor todo lo demás.

Personajes como Platón o Aristóteles sostenían el argumento de que mente y cuerpo eran inseparables, sobre todo en lo relativo a la búsqueda de acciones curativas. Si esta línea se hubiera seguido desarrollando, hoy día la medicina sería algo bien distinto. Sin embargo, médicos como Galeno, que planteó con firmeza que era el cuerpo el verdadero foco de toda enfermedad, acabaron arrastrando seguidores, siglo tras siglo. Hoy, muchos siguen defendiendo esta idea. La historia tiene sus caprichos.

Cierro el paréntesis y voy al grano, ahora sí.

Si nos fijamos bien, comprobaremos que las emociones no solo se manifiestan a través de síntomas psicológicos. Por ejemplo, el enfado genera un aumento del ritmo cardíaco, de la tensión arterial y muscular, entre otras cosas. La tristeza, la culpa, el miedo…, todas ellas tienen su correlato físico. La parte psicológica de la emoción se encarga de dar sentido a lo que está ocurriendo y actuar en consecuencia, es decir, yo siento, mi cuerpo reacciona y mi psique le da sentido y actúa. Las afecciones psicosomáticas tienen lugar porque la persona ha bloqueado su parte psicológica, por lo que no permite que sus emociones sean verbalizadas y trabajadas. En definitiva, actúa como si no pasara nada. Niega el conflicto o niega la importancia del conflicto por lo que no puede dar sentido ni elaborar lo que está ocurriendo. En este momento, con la parte psicológica fuera de juego, la parte física se intensifica, se consolida y sigue actuando sobre lo somático, no puede desaparecer sin más.

Los acontecimientos vitales estresantes provocan desajustes emocionales. Queramos o no, sentimos cada cosa que nos pasa, y esas emociones generan tensiones que deben ser resueltas, sobre todo si son intensas o se mantienen en el tiempo. Igual que si me doy un fuerte golpe en la mano genero un daño en mis tejidos musculares, si me doy un fuerte golpe “en la mente” también se producirá una huella. Si esos traumas (palabra que significa daño, ya sea en lo físico o en lo psíquico) son lo suficientemente potentes la lesión está asegurada. Siguiendo con el símil, si no me trato el golpe de la mano y continuo con mi vida normal, como si no tuviese nada, la lesión se agravará y terminará dañando no solamente a la zona traumatizada sino también los músculos colindantes, que se atrofiarán cada vez más. Bien, vamos con el trauma emocional: si vivo una serie de acontecimientos que generan intensas emociones y esas emociones no son canalizadas, es decir, no elaboro esas experiencias y actúo como si no pasara nada, mi cerebro terminará generando patologías. Es fácil entender que este es es el caldo de cultivo perfecto para futuros problemas psicológicos (ansiedad, depresión, etc.), sin embargo, y esto es algo que no resulta tan intuitivo, todo conflicto emocional que no se elabora adecuadamente puede acabar en lo que algunos denominan canal somático. La tensión que la mente no pudo liberar es trasladada a los órganos o a los músculos: se convierte en síntomas físicos. Si el tiempo pasa y continuo sin trabajarme estos conflictos de índole psicológica, el resultado puede ser el desarrollo de una enfermedad psicosomática, o bien el empeoramiento de alguna enfermedad preexistente.

Voy con otro símil. Cuando alguien se mete en un coche y arranca, el vehículo y la persona se convierten en imprescindibles, ninguno puede avanzar sin el otro. Imaginemos que el coche se está rompiendo y da la alarma (un ruido, da tirones, se para de vez en cuando). El cerebro de ese coche (el conductor) hace caso omiso a los síntomas de su vehículo y sigue circulando indefinidamente como si no pasara nada. Todos sabemos como acabará esta historia. Nuestras emociones funcionan de modo parecido, nos alertan con sus síntomas y si no hacemos caso… La mala noticia es que no es posible aparcar un conflicto emocional, no se puede esconder en un baúl, cerrar y tirar la llave. Si así obramos, saldrá por otro lugar, en forma de trastorno físico o mental.

Bien, ya sabemos a grandes rasgos cómo un problema emocional puede acarrear consecuencias físicas, ahora veamos qué tipo de actitudes nos ponen en riesgo de sufrir enfermedades psicosomáticas. Hay unos ingredientes básicos que deben darse para que alguien alimente una afección de este tipo:

• Presentar escaso simbolismo en el pensamiento, esto es, el diálogo interior es de carácter práctico, basado en lo útil, en las características externas del entorno. No se dirige la atención hacia estados internos, sentimientos, deseos o motivaciones profundas.

• Tener una escasa capacidad para fantasear, lo que hace muy complicado que se puedan representar los deseos, es decir, aquello que anhela la parte emocional de cada persona. Por ello, se actúa sin tener demasiado en cuenta lo que realmente se siente.

• Ser poco consciente de la conexión que hay entre lo físco y lo emocional. Por ello, al no detectar en el cuerpo cómo está afectando emocionalmente cualquier evento, se hace complicado dar sentido y canalizar lo que está ocurriendo.

• Presentar una dificultad importante para expresar sentimientos con palabras (ni a sí mismo ni a los demás), lo que provoca que la vía fundamental de expresión de los mismos sea el propio cuerpo.

En resumen, estaré en riesgo de sufrir síntomas de índole psicosomática si dedico mi vida a labores eminentemente prácticas, si me limito a funcionar para resolver los problemas en los que estoy inmerso sin pararme demasiado a pensar cómo esa tarea me está afectando emocionalmente. Normalmente negaré el acceso a mis sentimientos y bloquearé su expresión. Como se dice coloquialmente, «mis problemas me los como yo solito».

Personas que cuidan a otras personas de modo absorbente, gente que trabaja de forma brutal y que descansa poco, personas con experiencias emocionalmente desbordantes que nunca expresan sus problemas a nadie… Son muchísimos los ejemplos de casos de este tipo, lo malo es que casi nadie es realmente consciente de que existe esa conexión entre cuerpo y mente, que no saben que son lo mismo. Por tanto, hay multitud de tratamientos médicos que nunca serán efectivos hasta que la persona o el profesional que la atiende no se den cuenta de que la afección que es motivo de consulta necesita una intervención que integre a la parte emocional o psicológica, que anda boicoteando todo el proceso curativo.

Pero no satanicemos a las emociones, ellas solo hacen su trabajo, y muy bien. Nos sirven de chivatos que nos marcan el camino a seguir. Además, también hay somatizaciones positivas para el organismo a las que deberíamos prestar especial atención. Al terminar una actividad física sientes bienestar, el cuerpo te dice «bien hecho». Al comer sientes placer físico, precisamente para reforzar una conducta que es vital para la vida. Cuando alguien tiene un problema gordo y lo desahoga a un amigo, la sensación es de haberse quitado un peso de encima, una sensación muy física por cierto.

La clave para no sufrir cualquier problema psicosomático es aprender a manejar nuestros estados emocionales, lo que supone entrenar para ser consciente de cómo me hace sentir aquello que viví o aquello que estoy viviendo (relaciones personales o laborales, pérdidas, traumas…) Esto, que se dice muy fácil, puede resultar extremadamente complicado si eres una persona que aprendió desde su infancia a sobrevivir en en este mundo a base de atar sus sentimientos, de comerse los problemas. Hay entornos familiares y culturales donde la expresión emocional, sobre todo la relativa a las emociones negativas, está severamente censurada. “No estés triste”, “no te enfades” o “no se llora” son expresiones frecuentes que sirven como ejemplo del estilo comunicativo que, si se generaliza, termina creando niños que reprimen sus emociones y su capacidad para canalizarlas. Si esto se dilata en el tiempo, dichos niños se convertirán en adultos que han automatizado el mecanismo: ya no detectan ni expresan sus emociones, simplemente las niegan. He aquí el peligro.

Entre otras cosas, todos necesitamos una buena dosis de autoconciencia, idea que ya desarrollé en la entrada Autoconciencia, encontrarse entre tanto ruido. Si te interesa, ahí tienes bastante información al respecto. A base de entrenamiento o a base de terapia (que no deja de ser un entrenamiento, aunque más sistematizado y supervisado por un profesional) todos deberíamos aprender a hacer nuestros nuestros sentimientos, téngase bien en cuenta la redundancia. Resulta fundamental escuchar al cuerpo y traer a la consciencia la realidad del mundo interior que burbujea dentro de cada cual y deja sus huellas. Pero que nadie se frustre, cuesta lo suyo detectar nítidamente lo que ocurre ahí dentro y, aunque es una labor cuyo aprendizaje dura toda la vida, no hay nada mejor que podamos hacer por y para el cuerpo, por y para la mente. Mens sana in corpore sano, y viceversa.

30 Comments

  1. CMPN dice:

    Grande Sr.Sango. Gracias por ordenarnos por dentro con tus párrafos.

  2. Melisa dice:

    Muy bueno Diego, sigue escribiendo para seguir aprendiendo!!

  3. Pilar dice:

    Fantástico Diego, esto deberían leerlo muchos que son del pensamiento de «los problemas me los trago yo soliyo», lo peor es que se creen fuertes y valientes por hacerlo y sin embargo es una verdadera locura por su parte.

  4. Tamara dice:

    Gracias Diego por este artículo.
    Además, me ha llegado en un momento que resulta casi imprescindible.
    Gracias de nuevo.

  5. Kevin dice:

    Hola soy hipocondríaco y extremadamente ansioso… me siento identificado con lo explicado… el problema es que no se controlarme a menos que sea con medicación psiquiatrica… he ido al psiquiatra 2 años y medio y tomando medicamentos tanto para la depresión como para calmarme…. resulta que dejé los medicamentos de forma abrupta (cosa de la que me arrepiento) y los sintomas fisicos y mentales son demasiado fuertes como para poder controlarme…. aveces siento que me volveré loco… voy a volver al psiquiatra y creo que continuaré con mi medicación…. espero mejorar y retomar el control de mi vida!

    • Hola Kevin,
      Te diría que probases con psicoterapia, a parte de la medicación. Al fin y al cabo la medicación es un pequeño empujón de cara a trabajarse aspectos los psicológicos que están en el origen de todo lo que nos pasa. Un saludo y gracias por el comentario

  6. Stefy dice:

    Gracias yo hace 2 años perdi ami primo lo cual casi me mata por que me enferme sentia cosas muy feas en el cuerpo me faltaba el aire me fuy al medico me hise los examenes los valores salieron muy vien pero yo meseguia sintiendo mal y aun sigo sintiendo enferma y tengo un monton de pensamientos negativos relacionados con la muerte y ya no se que hacer para dejar de sentir todo esto

    • No es infrecuente lo que me dices que te pasa. Te diría que sí lo has intentado todo y no va la cosa a mejor, busques la ayuda de un profesional. Lo que te ocurre se trabaja y mejora con terapia, siempre que el profesional haga bien su trabajo, claro.
      Mucho ánimo. Un saludo

  7. Simón. dice:

    Conozco a personas (familiares míos) que nunca están deprimidos, que siempre son calmados y no demuestran ni tienen motivos para tener emociones negativas,.. pero tienen todo tipo de problemas de salud, las enfermedades les acosan, ¿como se entiende eso de que las emociones reprimidas son las causas?. yo personalmente tuve una vida muy difícil desde chico, era muy deprimido durante toda mi vida, amargado y frustrado hasta los 45 años, hasta que, me entere que no era bueno tener esa actitud, ahora cambie totalmente mi forma de pensar sobre la vida, (hace 7 años)pero hasta ahora no tuve ninguna enfermedad, a excepciona de algún dolor de cabeza,… ¿como se entiende eso?
    Saludos.

    • Hola Simón,
      Si repasas el artículo comprobarás que la intención no es insinuar que todas las enfermedades tienen una causa psicológica, simplemente acentúo la importancia de tener en cuenta el factor emocional en este ámbito. Y que, en algunos casos (no en todos), un déficit en la canalización de las emociones y de los pequeños y grandes traumas de la vida da como resultado que la persona enferme en el plano físico.

  8. Pepe dice:

    Hola mi nombre es Pepe hace 14
    Años tuve una ansiedad la cual salí pronto ahora a los 42 años me volvió a dar me dieron medicamento y mejore pero deje de tomarlo y vino una recaída ahora tengo mucho miedo a la muerte eh adelgazado y pienso que me voy a morir a ver si puedes ayudarme

    • Hola Pepe,

      Como lo que te ocurre es recurrente, sería importante que iniciases un proceso terapéutico para averiguar lo que te ocurre y cómo ponerle solución. No hay nada que yo te pueda decir que mejore definitivamente las cosas, me da la sensación de que necesitas algo más profundo, trabajar lo que pasa en consulta detenidamente.

  9. mari dice:

    tengo una depresion fuerte desde varios meses no duermo nada lo que hago es caminar todo el dia no se que hacer me olvida todo

  10. Mariela dice:

    Hola. Mi padre es um hombre que ha sufrido muchas perdidas humanas en su vida
    Yo soy si talon de aquiles.al.punto de hartarme. Le tiene terror.a.los.medicos es imposble que vaya.tuvo un infarto se recupero y no fue mas. Siempre se siente enfermo.si no le duele.la.pamza esta deprimido todo lo ve negro y todo es cáncer para el. Demandante de compania todo el.tiempo,duerme.poco. es todo un caso y no se como ayudarlo.

    • Hola Mariela,
      Me temo que es muy complicado cuando una persona no tiene motivación para cambiar o directamente se niega en rotundo. Lo único que se me ocurre que puedes hacer es proteger tu propia salud mental, eso quizás suponga poner algunos límites a la situación. Aunque reconozco que hablo sin conocer el caso concretamente. Bueno, mucho ánimo

  11. Una depresión psicosomática de más de 25 años tiene cura, cual es

    • Hola Silvia,
      Si llevas 25 años con un problema de estado de ánimo con manifestaciones somáticas he de pensar que este hunde sus raíces de forma muy profunda, por lo que intuyo que el trabajo terapéutico debería ser profundo también. Tanto yo como cualquier psicoterapeuta que esté familiarizado con este tipo de afecciones podría ayudar a cambiar el rumbo de lo que te pasa, a mejorar.
      Un saludo.

  12. Sandra dice:

    Tuve un estrés emocional hace años y desde ese día que sufro de mi Colón todos los días me duele y esta hinflado me han hecho todos lo exámenes y todos salen bien ..Esto me tiene mal con depresión que puedo hacer..

  13. Sandra dice:

    Me puedes explicar cómo la mente está enfermando mi cuero?? Y que terapias tengo que realizar ??

  14. Elvira Sanabria dice:

    Buenos días mire yo tube apenas 1 semana que sali del hospital por combulciones y sus diagnósticos de los doctores dicen que son psicológico entonces que puedo hacer para que esto pare me mandaron mucho medicamento pero incluso me siento aun mal no se que hacer me duele horrible la cabeza me mareo demasiado y tengo muchas mausias entonces … Ya no se que hacer ??

  15. juan dice:

    Caí en intestino irritable de punta a punta por no escuchar mis sentimientos.. Y ahora es difícil salirse. Muy buen texto, me hace sentir representado. Saludos

  16. Rolando dice:

    Quiero puntualizar que no soy profesional, ni mucho menos, pero siempre desde mucho tiempo antes e tenido la forma de pensar de usted, verá yo cuido ami mama de una enfermedad crónica renal, pero al ver los avances tan agresivos de su enfermedad y la poca gana de salir adelante de Ella, y al observar sus comportamientos cotidianos como la constante y casi permanente obsesión con los síntomas, note que ella tiene un problema psicológico (no digo loca , usted me entendera) y estaba hace 5 minutos pensando en como ayudarle a mejorar por que yo como su cuidador e hijo soy el que conoce mejor su enfermedad que ella misma, encontré este artículo y cada que leía cada palabra en mi mente decía «es exactamente lo que yo pienso y creo», quiero agradecerle por este artículo me llena de ganas para poder tratarla de manera psicológica, si no pudiera yo intentar de manera profesional. Pero quiero agradecerle por que su artículo me da un respaldo profesional sobre la ya convicción personal que tenía.
    Saludos de Nicaragua

  17. Cynrhia Quintana dice:

    Entonces quiere decir que una persona puede enfermarse fisicamente psicologicamente?
    Es decir mi esposo tiene condiciones del corazon y de diabetes la diabetes empezo primero y despues todo lo demas el perdio a su hermano hacen anos y de ahi le dio su primer ataque de corazon y ya ha tenido 4 y muchas otras cosas mas y yo no digo que no este enfermo pero estoy segura que esta mas enfermo psicologicamente que fisicamente el toma medicamentos para el panico y nervios y creo que eso lo ha empeorado y no quiere ir a un psicologo prefiere ir a un psiquiatra que lo recete y yo quisiera que fuera al psicologo pero el no quiere por ningun motivo y no se que hacer ya nuestra relacion no es la misma llevamos 28 anos de casados y somos jovenes todavia el apenas tiene 50 anos y yo 48 ya yo tire la toalla

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